Fué residencia de los Reyes de Aragón mientras aquellos estuvieron
en Huesca.
Los edificios que lo componían se construyeron a fines del
siglo XII y principios del XIII. Este conjunto debía ofrecer un majestuoso
aspecto, como se deduce de la descripción que hace Zurita y de la admiración
que este autor manifiesta.
En la actualidad, quedan de él dos edificios unidos entre
sí. Uno de ellos, el más grande y alargado, fué transformado en su interior
en el siglo XVII, suprimiendo las distintas plantas que pudo tener. En
su lugar fué hecha una gran sala destinada a teatro o paraninfo para la
Universidad.
El otro edificio es una torre exagonal interesante, tanto
interior como exteriormente. En su aspecto externo, se asemeja a la torre
de San Pedro el Viejo, que es también exagonal con la diferencia de que,
mientras ésta tiene todos los lados iguales, aquélla presenta dos de los
lados más largos, lo que da al conjunto una planta alargada.
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Interiormente, esta planta origina dos ábsides en cada una
de las dos cámaras conservadas.
La de abajo se denomina la Sala de la «Campana de Huesca»,
aunque nada tiene que ver con este hecho, puesto que su construcción fué
mucho después de que el rey Ramiro el Monje muriera.
La Sala superior, denominada de «Doña Petronila»,
es un interesante recinto rodeado de arcos ciegos sostenidos por capiteles
historiados.
El conjunto, en lo que a nosotros ha llegado, es una interesante
muestra de arquitectura civil de época románica. Sin duda alguna, esta
torre era algo más alta y estaba rematada por almenas, dato que no parece
que se tuviera en cuenta en la restauración hecha en el exterior.
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Según Naval Más.
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