Por lo que respecta a los oficios, Huesca y su provincia
ha tenido de todos los imaginables; más aún cuando el
aislamiento en terrenos de montaña condicionaba a la población
la transmisiòn de una generación a otra, de aquellos
oficios y manualidades impescindibles para la supervivencia: vestido,
instrumentos de trabajo y labranza. Algunos de estos artesanales trabajos
resistiron casi hasta finales del siglo XX. La mayoría de ellos
se conservan en museos y Cerntros de Interpretación locales.
Paralelamente, la gastronomía siguió un
curso muy similiar, si bien, subsiste en la actualidad, con fuerza
renovada, de la manos de una hostelería incomparable.
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