En esta
ruta conoceremos una zona muy interesante del Alto Aragón. Parte de ella
pertenece a lo que se conoce como la Jacetania. Comenzaremos en Huesca
y nos adentraremos hacia los Pirineos, remontaremos el río Aragón y haremos
un buen tramo de una de las entradas del Camino de Santiago en España.
El viaje tiene como constante ir descubriendo los recuerdos de lo que
los historiadores consideran como la cuna del antiguo Reino de Aragón.
También reconoceremos centros turísticos
de alto nivel, no sólo para los deportes de invierno, sino también para
los tan llevados deportes de aventura en Verano. Aragón consta de auténticas
zonas de privilegio a la hora de poder practicar todo tipo de deporte
al aire libre.
Huesca
Es una ciudad que ha conservado de la Edad
Media dos templos de gran interés, algunas leyendas muy hermosas y el
trazado de las calles del casco antiguo. El Coso es el paseo que sigue
la huella dejada por el recinto de muralla que encerraba una ciudad que
fue punto de referencia en su época. Estas calles bordean y se encaraman
al cerro y ofrecen un amplio panorama de los alrededores. El sector de
la vieja Huesca que muestra más a las claras este tono medieval, es sin
duda el que rodea a la Catedral; aquella está situada en el punto mas
alto y edificada sobre el solar de una desaparedda mezquita.
La Catedral es un valioso templo gótico construido entre los siglos XIII
y XV que, a pesar de ser perfectamente representativo de su estilo, cuenta
con un elemento autóctono en el alero que protege la portada. En el intenor
nos fijaremos en el retablo mayor: una talla de alabastro realizada en
el primer tercio del siglo XVI por Damián Forment.
Delante de la Catedral está el Ayuntamiento.
Un sobrio palacio construido entre los siglos XVI y XVII que muestra en
la parte superior de su fachada una galería, protegida por un gran alero.
Dentro se puede observar el cuadro de Casado del Alisal sobre la campana
de Huesca. El alero típico del Ayuntamiento lo podremos ver en otros edificios
de Aragón. Junto a la Catedral también está el Museo Diocesano, con las
hermosas pinturas románicas de San Fructuoso, de Bierge, y el retablo
de Montearagón de Gil de Morlanes. No lejos de la plaza de la Catedral
se encuentra el Museo Arqueológico, una de cuyas partes fue palacio de
los Reyes de Aragón y en el que, entre otras estancias, se conserva una
mazmorra donde se cuenta tuvo lugar la leyenda de la campana de Huesca.
Descendiendo de la plaza de la Catedral por la calle Las Cortes está lo
que fue una iglesia mozárabe, la de San Pedro el Viejo, que tiene un hermoso
claustro románico y una cripta donde están enterrados los Reyes de Aragón
Alfonso I y Ramiro II el Monje. Salimos de Huesca en dirección Pamplona;
a unos quince kilómetros, al llegar a Esquedas, giramos a la derecha para
tomar la comarcal que nos lleva a Bolea (son unos 20 kilómetros) para
seguir hasta Loarre.
Loarre
Su fortaleza es probablemente una de
las más parecidas al concepto que hoy tenemos de castillo medieval.
Se trata de una compleja y maciza construcción que domina, desde un
cerro, toda la comarca; cerrada a lo lejos por la barrera de los Pirineos.
Se dice de Loarre que es el ejemplo de arquitectura civil románica
más importante de España.
Berdún
Para llegar hasta aquí hay que retomar
la nacional 240. Berdún realmente es un pueblo encaramado a una colina,
cuyas casas adosadas forman por si solas un recinto defensivo. Es
sin duda uno de los ejemplos más logrados de este tipo de construcción
medieval. Desde aquí nos adentramos en el primer valle del Pirineo
aragonés: el de Ansó.
Ansó,
Hecho y Aragüés
Estos tres valles forman una unidad
de paisaje y cultura muy interesante. Pueblos de piedra y pizarra,
son un magnífico exponente de la típica arquitectura popular. Tiene
tarnbién su propio dialecto, que forma parte de lo más característico
de la fabla aragonesa. Si salimos de Ansó y tomamos la carretera que
va junto al río Veral, llegaremos hasta el impresionante paisaje de
Zuriza; y desde Hecho, remontando el curso del río Aragón Subordán,
llegaremos a su vez, hasta la Selva de Oza, pasando por el monasterio
de Siresa y el desfiladero de Boca del Infierno. De nuevo en Hecho
seguiremos por la comarcal 134, que nos lleva hasta Jaca,. De camino,
nos desviaremos unos diez kilómetros hasta Santa Cruz de la Serós,
donde está la iglesia del Monasterio de Santa María, del siglo XI,
íntimamente emparentada con la Catedral de Jaca y la ermita
de San Caprasio (también del siglo XI).
San
Juán de la Peña
Muy cerca, se encuentra el impresionante
conjunto artístico de San Juán de la Peña, declarado Monumento Nacional.
Del siglo X es el Monasterio de los Santos Julián y Basilisa que,
pervive en la iglesia baja. Es a finales del siglo Xl, cuando se consagra
la iglesia alta. El claustro del románico pleno, se integra magistralmente.
Completa el conjunto el Panteón de Nobles, el Panteón de Reyes de
estilo neoclásico y la capilla gótica de San Victoriano. Desde San
Juan de la Peña no tardamos más de quince minutos en llegar a Jaca.
Jaca
Merece
una vista detallada y requiere algunas explicaciones. Fue una de las
principales etapas del Camino de Santiago y su Catedral viene a ser
como el acta de nacimiento de una escuela del románico español. El
templo, del siglo XI, es una de las mejores piezas del repertorio
medieval y tiene una espectacular colección de capiteles narrativos.
Desde la nave del Evangelio, se accede al Museo Diocesano, donde podemos
admirar una gran colección de pinturas murales románico-góticas.
La calle Mayor es lo más típico de
Jaca y también la fortaleza militar construida en el siglo XVI conocida
como la Ciudadela.
Desde Jaca seguiremos por la nacional
330 en dirección a Francia, pasaremos junto a Villanúa y llegaremos
a Canfranc, un pueblo que no ha cambiado en los ultimos años. Cerca
de Canfranc, se halla ya la Estación de Invierno de Astún Candanchú.
De la obra "Rutas muy especiales", de José Antonio Ponseti.
Edición TCC Trébol Comunicación y Creación
S. A. (2000). |