Fue
capital del Reino de Aragón y actualmente lo es de la jacetania. Sus origenes
se sitúan en el siglo II a. C. cuando el cónsul Catón tenía sometidos
a sus habitantes al imperio de Roma. En el siglo Xl recibía el título
de Ciudad gracias al rey Sancho Ramiro de Aragón, estableciendo en ella
la capital del nuevo reino y la sede episcopal. Fue
en esta época cuando Jaca disírutó de mayor relevancia histórica, potenciándose
la ruta del Camino de Santiago e iniciándose las obras de construcción
de la catedral y del, hoy desaparecido, hospital de Santa Cristina. Con
posterioridad, después de perder importancia y capitalidad, recuperó parte
de su esplendor con la edificación, durante el reinado de Felipe II y
Felipe III, del castillo de San Pedro, actual Ciudadela.
De su monumentalidad, destaca la Catedral
del siglo Xl, con un bello atrio de entrada al pórtico y un interesante
crismón. En su interior destaca la bóveda del cimborrio octogonal de arcos
cruzados. Es interesante, asimismo, visitar el Museo Diocesano. Completa
el mosaico histórico-cultural el fragmento remodelado de la ermita de
Sarsa, la iglesia de Santiago, la iglesia del Carmen y el convento de
las Benitas. La torre medieval del Reloj y el Ayuntamiento, con su hermosa
portada plateresca, cierran la retahíla de atractivos que merecen ser
visitados con sosiego. No olvidemos el puente de San Miguel.
El legado monumental sigue presente
en las cercanías de todo el municipio. Entre presentes del Románico, vayamoss
por la pequeña aldea de Abay, San Juan
de la Peña y Santa Cruz de la Serós.
La vía más corta y en mejor estado
para llegar al Monasterio de la Santa Cruz de la Serós es la que se dirige
a Puente de la Reina, aunque si el tráfico es intenso se puede optar por
tomar la carretera que se inicia en la gasolinera cercana a la entrada
de Jaca; algo más larga, pero ciertamente más tranquila. Tomando la primera
de éstas encontramos el desvío camino al Monasterio, justo a 200 m. del
Hotel Aragón. Este desvío, en sentido ascendente nos lleva a la población.
La iglesia parroquial de San Caprasio, bello ejemplar románico-lombardo
del siglo Xl, está ubicada a la entrada de la población, y poco más arriba
encontramos una de las joyas mejor conservadas del Románico, el antiguo
monasterio femenino de la orden Benedictina, construido bajo mandato de
Ramiro I y en el cual ingresaron sus tres hijas: Teresa, Urraca y Sancha.
El sarcófago de Doña Sancha se conserva en el Convento de las Benitas
de Jaca. San Caprasio y el Monasterio fueron declarados Monumentos Nacionales.
Siguiendo la carretera por la que se accede
a Santa Cruz, ascendiendo a 1.546 m. de altitud, se llega al Monasterio
bajo de San Juan de la Peña (siglo Xl), situado en una oquedad natural
de la Sierra de San Juan.
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